El tamaño…de docente importa

El tamaño…de docente importa

La dimensión del docente

Como en todas la profesiones, existen grandes docentes, y con nivel de desempeño medio, y bajo. Sin duda importa el tamaño, o la dimensión del docente en relación al  aprendizaje que el alumnado puede llegar a conseguir.

Todos hemos conocido algún profesor o profesora que podría encuadrarse en alguna de esas magnitudes. Por ejemplo, cuando yo cursaba el primer año de los estudios de Psicología, un día me encontré en la facultad con un antiguo y pequeño profesor (él estaba acabando su graduación en esta disciplina). En mi época de estudiante de Secundaria, nos enseñaba a resolver ecuaciones haciéndonos leer el capítulo respectivo del libro de Matemáticas, supuestamente para comprender cómo resolverlas. Evidentemente, pocos comprendíamos el oscuro, críptico y enigmático lenguaje matemático del texto, pulcramente construido por el autor para no romper los cánones oficiales del lenguaje de la ciencia matemática. Uno, se pregunta a veces si no será posible adaptar al desarrollo lingüístico del alumnado el nivel textual de algunos libros escolares.

En este blog nos planteamos la importancia que para el futuro académico y personal del alumnado de Educación Primaria tiene aprender a comprender.  En ese sentido, Paulo Freire decía que «la alfabetización es el único instrumento cultural de inserción crítica del hombre en la sociedad en la que vive». En este mismo sentido, PISA aboga por esa necesidad de la alfabetización de los escolares, definiendo la competencia lectora como “la comprensión, el empleo y la reflexión personal a partir de textos escritos con el fin de alcanzar las metas propias, desarrollar el conocimiento y el potencial personal y de participar en la sociedad”. ¿Qué tipo de profesores son los que enseñan a sus alumnos esta dimensión de la comprensión lectora?

Para encauzar las reflexiones que me planteo en esta entrada, otras dos preguntas me surgen:

1. ¿Cuál es el nivel de desarrollo de la capacidad lectora de nuestros escolares, definida en esos términos?

2. ¿Qué dimensión personal y profesional debe tener el docente para el logro de ese objetivo de competencia lectora?

La respuesta a la primera pregunta es sencilla. Basta comprobar los concluyentes datos de PISA y PIRLS para comprobar que el nivel de competencia adquirido por nuestros alumnos dista mucho de poder facilitarles esa inserción crítica en la sociedad en la que viven.

Es mi intención en esta entrada tratar de responder la segunda pregunta, resaltando que el tamaño del docente, definido en términos de su formación y su capacidad profesional, es una variable fundamental que determina el nivel lector del alumnado de Educación Primaria.

Brecha digital, y brecha alfabetizadora

Una primera preocupación me asalta. Cuando desde las TIC y los nuevos paradigmas educativos se discute sesudamente en determinados sectores educativos acerca de la “brecha digital”, entendida como la separación que existe entre las personas o grupos sociales en el grado de utilización de las tecnologías de la información y la comunicación, uno sigue preguntándose si no habría que despejar el humo que nubla nuestra visión, y preocuparnos también por esa otra brecha aún mucho más dramática, como es la “brecha alfabetizadora” que existe entre quienes son capaces de utilizar la lectura como un instrumento cultural para construir su propia identidad, su crecimiento personal y su libertad de pensamiento, y quienes no han adquirido suficientemente ese aprendizaje, y son dependientes de la comprensión de la realidad que otros les transmiten, aunque dispongan de ordenadores. Los cerca de 800 millones de adultos que no saben aún leer ni escribir en nuestro mundo, y los aproximadamente 120 millones de niños en edad escolar que no tienen escuela deberían ser un motivo inicial para dicha preocupación.

Además, nuestro sistema educativo tiene la «virtud» de seguir creando analfabetos funcionales con títulos de Educación Secundaria y Bachillerato, alumnos que no han leído nunca un libro. Como educadores, éste es uno de los principales problemas de este nuevo milenio. Y en este contexto, el tamaño del docente importa.

Por el mero impacto social que esa dramática situación genera, se puede afirmar que en nuestros días el analfabetismo informático es algo relativo en relación a la brecha más trágica que existe entre un analfabeto funcional que sea capaz de utilizar las TIC y una persona que tenga una buena competencia lectora. Nunca, como ahora, esa brecha debe ser repensada, analizada y rellenada para tomar decisiones que procuren que el ser humano aprenda a interpretar, analizar y juzgar la realidad que le rodea.
La cultura de lo escrito, el dominio y la comprensión de lo escrito, es una muestra de desarrollo personal y social que seguirá estableciendo diferencias entre las personas, con o sin ordenadores, y los docentes con talla tienen algo que decir al respecto.

La dimensión del docente importa en el aprendizaje de la comprensión lectora

Decíamos más arriba que la personalidad y la capacidad profesional del docente son dos variables que determinan el nivel lector del alumnado de Educación Primaria.

Por un lado, cada maestro o maestra tiene una historia previa, se ha construido a sí mismo como lector y como docente, y lo que transmite a sus alumnos está mediatizado por dicha construcción.
Un docente que no ha creado un vínculo personal con la lectura, con el gusto por leer, raramente puede transmitir el deseo de leer a los niños. Habría que animar a los docentes a revisar y reconstruir personalmente dicho vínculo (Caron, 20011). Hacerlo, por supuesto, tendría un efecto positivo en el desarrollo lector de sus alumnos. Francesco Tonucci (19962) decía en relación a este problema:

Lamentablemente, los maestros italianos, que son los que mejor conozco, no leen. Resulta de investigaciones que la del maestro es una de las profesiones que menos lee. Yo, frecuentemente, me encuentro con maestros y maestras que me dicen que no tienen tiempo para leer. Es posible, pero si es verdad ¿cómo pueden enseñar a otros a leer? Se sigue pensando que enseñar a leer es enseñar a descifrar palabras, y lamentablemente es mucho más. Es transmitir una pasión una necesidad».

Por otra parte, además de la incidencia de esa dimensión personal del docente, es necesario también reflexionar sobre la que tienen sus prácticas docentes. Para los niños, leer es una travesía hacia una cada vez mayor competencia en comprensión lectora. En esa travesía que dura toda la etapa de escolaridad obligatoria (no unos meses), la dimensión profesional del docente como guía es primordial, modelando y estimulando en sus alumnos las destrezas cognitivas y metacognitivas necesarias para que comprendan lo que leen, hasta lograr que sean autónomos y capaces de utilizarlas.
Cuando los maestros establecen ese vínculo de guía que enseña a comprender, se convierten en grandes docentes que dejan una huella profunda en sus alumnos (Duke y otros, 20113).
Las evidencias experimentales que apoyan esta afirmación son abundantes. Resumo algunas de ellas:

a) En un estudio de Tivnan & Hemphill (2005 4), algunos profesores del 1er curso de Educación Primaria que enseñaban en una escuela situada en un distrito con un alto grado de pobreza, lograron que el 80% de sus alumnos adquirieran unas destrezas de comprensión lectora acordes con el nivel educativo que cursaban.

b) En otra investigación (Taylor, Pearson, Peterson y Rodríguez (20035), encontraron que las diferencias en términos de rendimiento en comprensión lectora de los alumnos entre 2º y 5º de Educación Primaria que habían estudiado durante un curso escolar, eran dependientes de las específicas prácticas metodológicas que determinados profesores utilizaban para enseñar a comprender a sus alumnos.

c) Los grandes docentes son también capaces de compensar las desventajas en habilidades de comprensión lectora que los alumnos traen al aula. Así, Snow y otros (19916) encontraron que aquellos alumnos sobre los que se predecía que su entorno familiar era pobre para desarrollar su nivel lector, si tenían durante 2 años un gran profesor comprometido con el objetivo de mejorar la capacidad de leer de sus alumnos, alcanzaban un adecuado nivel de comprensión lectora. Sin embargo, si los alumnos únicamente tenían ese mismo tipo de docente durante 1 año, sólo el 25% de ellos alcanzaron el adecuado nivel lector. Por el contrario, ninguno de los alumnos que “sufrieron” durante 2 años las rutinarias prácticas de desarrollo de la comprensión lectora por parte de profesores con bajo nivel profesional, fueron capaces de superar los efectos del pobre entorno familiar que tenían para mejorar su nivel lector.

En resumen, que el tamaño del profesor importa. Su dimensión personal y profesional, están en la base del desarrollo de una buena competencia lectora que los grandes profesores se suelen plantear con nuestros alumnos e hijos, motivándolos a leer, disponiendo de una biblioteca de aula atrayente, mostrándoles cómo utilizar destrezas cognitivas y metacognitivas de comprensión lectora, fomentando la lectura crítica de los textos que leen, y ampliando su nivel de vocabulario. En definitiva, enseñándoles a comprender.

Andrés Calero  

  1. Caron, B. (2001). Por qué promover la promoción de la lectura. En Lectura y Vida. Revista Latinoamericana de Lectura, 3, 36-43
  2. Tonucci, F. (1996). En un reportaje de la revista Zona, año 1, nº 6
  3. Duke, N.K., Pearson, P.D, Strachan, S.L. y Bilman, A.K. (2011). Essential elements of fostering and teaching reading comprehension. En What Research Has to Say about Reading Instruction, IV edition
  4. Tivnan, T. y Hemphill, L. (2005). Comparing four literacy reform models in high-poverty schools: Patterns of first grade achievement. En The Elementary School Journal, 105 (5), 419-441
  5. Taylor, B. M., Pearson, P.D. , Peterson, D. S. y Rodriguez, M.C. (2005). The CIERA school change framework: An evidence-based approach to professional development and school reading improvement. En Reading Research Quarterly, 40 (1), 40-69
  6. Snow, C.E., Barnes, W.S., Chandler, L., Goodman, I.F. y Hemphill, L. (1991). Unfilfilled expectations: Home and school influences on literacy. Cambridge, MA: Harvard University Press
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Andrés Calero
acalero1@gmail.com
3 Comentarios
  • Maria José
    Publicado a las 23:14h, 25 abril Responder

    Estupendo el post, de acuerdo en lo que dices. Preocupada por enseñarles a los niños a leer y comprender el texto.
    Lo de las TIC, nadie duda de su importancia pero el panorama que tenemos requiere un cambio de dirección que pasa por modelo que vaya al fondo del asunto.

    • acalero1
      Publicado a las 23:57h, 25 abril Responder

      Gracias María José por tu respuesta. Las TIC’s no dejan de ser un instrumento que puede facilitar y mejorar el acceso a la información y a la construcción de conocimiento de los alumnos. Quizás, es necesario definir en Educación Primaria el papel del profesor encargado de la importante labor de enseñar destrezas lectoras que doten a los alumnos de aquellas herramientas de pensamiento reflexivo, que además posibilitan un mejor uso de las TIC’s. En otros países así se hace.
      Un abrazo.
      Andrés

  • yolanda Lòpez O.
    Publicado a las 00:24h, 25 mayo Responder

    Men encanto el artìculo creo que somos los principales actores que nuestros niños niños comprendan lo que leen y nosotros somos sus modelos a los cuales ellos emitan, y nosotros como profesores cada dìa debemos ser mejores guìa para nuestros alumnos especialemente cuando son niños de escasos recursos porque esos son los que màs necesitan de una buena enseñanza para que tengan un mejor futuro, te doy gracias por este artìculo tienes toda la rezòn.
    Con respecto a las aulas TIC, son muy buenas pero lamentablemente no todos los colegios al menos municipales de Iquique Chile , no tienen Internete dentro de las salas de clases para poder utilizarlas.
    gracias un abrazo.

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