
En la pregunta está la respuesta II ¿Dónde está la respuesta a mi pregunta?
La relación pregunta/respuesta (QAR), como procedimiento de instrucción en autogeneración de preguntas
Existen procedimientos suficientemente contrastados para enseñar al alumnado de Educación Primaria a autogenerar preguntas durante los procesos de comprensión lectora de textos narrativos o expositivos. En esta entrada, complementaria de otra anterior («En la pregunta está la respuesta I» ), reflexionaremos sobre uno de ellos, el denominado como QAR (Question-Answer Relationship), de T.E. Raphael (1982, 19841, de gran valor pedagógico, y que desarrolla en los lectores la conciencia de la “Relación Pregunta-Respuesta”.
Para T.E. Raphael, este esquema de trabajo ofrece a profesores y estudiantes compartir un lenguaje común para dialogar sobre cómo autogenerar preguntas y profundizar en el conocimiento de la relación pregunta-respuesta, en función de cuál es la “fuente de información necesaria para responder”,. Puede utilizarse con textos narrativos e informativos antes, durante y después de la lectura.
Categorías en QAR
Este autor dividió la relación pregunta/respuesta en dos grandes categorías: a) “en el texto”’, y b) “en mi cabeza” (ver figura). En el primer caso, las preguntas son respondidas con información explicitada en el texto, mientras que en el segundo caso, las preguntas comprometen respuestas que recurren a «conexiones», «inferencias», «conocimientos previos y opiniones personales».
Estas dos grandes categorías se dividen además en otras cuatro subcategorías que concretan más la relación pregunta/respuesta. La categoría “en el texto” se subdivide en: “aquí” y “pienso y busco”, mientras la categoría “en mi cabeza” lo hace en: “el autor (texto) y yo”, y “en mí mismo”. Las preguntas del tipo “aquí” solo tienen una única respuesta localizable y explicitada en un punto concreto del texto. Las denominadas “pienso y busco” son igualmente explícitas en la localización de la respuesta en varios partes del texto. Las referidas como “el autor y yo”, demandan como respuesta inferencias que rellenen huecos de significado usando información implícita en el texto en forma de pistas (autor), y conocimientos previos (yo). Finalmente, en las preguntas “en mí mismo” el lector no necesita información del texto para encontrar respuestas, ya que solo están en sus experiencias personales y conocimientos previos.
Desde el punto de vista del desarrollo cognitivo y metacognitivo del lector, este esquema de trabajo de la relación pregunta/respuesta se justifica porque, cuando los lectores se cuestionan ¿cuál es la respuesta a mi pregunta?, aprenden que las respuestas pueden encontrarse en la literalidad del texto (“aquí, en esta parte del texto»), o que deben “pensar y buscar” en varias partes del mismo, o también que esas respuestas se encuentran «entre mi cabeza y el texto», o «solo en mi cabeza». De ese modo, comienzan a dar sentido a la estrategia de autogenerar preguntas como un instrumento de la mente al servicio de la comprensión lectora. Es así como se sugiere que “es muy útil instruir a los lectores de un modo explícito en los diferentes tipos de preguntas, dado que ese conocimiento ensancha su pensamiento estratégico y les da más posibilidades de interpretación del texto” (Mazzola, 2009:42)2.
La siguiente tabla contempla algunos ejemplos de preguntas-raíz que se pueden formular en cada una de las subcategorías:
A. Calero
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